jueves, mayo 28, 2015

Retina

Para muchas las personas cuando oyen hablar o tratan de identificar a otras personas con problemas de visión tienen la imagen de que en su mayoría son ciegas totales, pero esto realmente no es así. Según la nota descriptiva número 282 de agosto de 2014 sobre ceguera y discapacidad visual de la Organización Mundial de la Salud, “en el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión”. Por lo tanto las personas con baja visión son la mayoría un porcentaje de más del 86% sobre el total de población con discapacidad visual.

Únicamente la ceguera total implica la pérdida total de visión (Aquino, García & Izquierdo, 2012). Sin embargo en la baja visión se tiene algún resto visual. En España una persona es ciego/a legal, según la Orden de 8-5-1978, a partir de una agudeza visual de 1/10 en la escala de Wecker y un campo visual reducido de 10º (Bueno), es decir que una persona con un campo visual de 11º no es un ciego legalmente en España.

Las patologías retinianas están englobadas en su mayoría en el grupo de baja visión. Son enfermedades heredodegenerativas de la retina, siendo la Retinosis Pigmentaria la de mayor prevalencia. Se estima que 15.000 personas padecen esta enfermedad. Además 500.000 personas portadoras de este gen, por lo tanto, potenciales transmisores/as de este virus (Fernández, 2007). Los síntomas más habituales son: ceguera nocturna, disminución del campo de visual, deslumbramientos y cuando está muy avanzada la edad alteración en la percepción de los colores, sobre todo en el eje amarillo-azul (Fernández, 2007).


La sintomatología suele iniciarse en la niñez, pero en muchas ocasiones se suele pasar por alto y no autopercibirse síntoma alguno. Lo más frecuente es la dificultad de adaptación a lugares con ausencia de luz. La progresión de la enfermedad es lenta y progresiva. No hay un patrón, cada caso es diferente, incluso, es habitual que la visión permanezca estable durante años (Fernández, 2007). Aunque se están logrando, poco a poco, avances para frenar y erradicar las patologías retinianas todavía no hay solución que cure este tipo de patologías. Adaptación y buenas conductas que conduzcan al mejor bienestar, son las mejores recomendaciones para las personas que las padecen.

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