Para muchas las personas cuando oyen hablar o
tratan de identificar a otras personas con problemas de visión tienen la imagen
de que en su mayoría son ciegas totales, pero esto realmente no es así. Según
la nota descriptiva número 282 de agosto de 2014 sobre ceguera y discapacidad
visual de la Organización Mundial de la Salud, “en el mundo hay aproximadamente
285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son
ciegas y 246 millones presentan baja visión”. Por lo tanto las personas con
baja visión son la mayoría un porcentaje de más del 86% sobre el total de
población con discapacidad visual.
Únicamente la ceguera total implica la pérdida
total de visión (Aquino, García & Izquierdo, 2012). Sin embargo en la baja
visión se tiene algún resto visual. En España una persona es ciego/a legal,
según la Orden de 8-5-1978, a partir de una agudeza visual de 1/10 en la escala
de Wecker y un campo visual reducido de 10º (Bueno), es decir que una persona
con un campo visual de 11º no es un ciego legalmente en España.
Las patologías retinianas están englobadas en su mayoría en el grupo de baja visión. Son
enfermedades heredodegenerativas de la retina, siendo la Retinosis Pigmentaria
la de mayor prevalencia. Se estima que 15.000 personas padecen esta enfermedad.
Además 500.000 personas portadoras de este gen, por lo tanto, potenciales
transmisores/as de este virus (Fernández, 2007). Los síntomas más habituales
son: ceguera nocturna, disminución del campo de visual, deslumbramientos y
cuando está muy avanzada la edad alteración en la percepción de los colores,
sobre todo en el eje amarillo-azul (Fernández, 2007).
La sintomatología suele iniciarse en la niñez,
pero en muchas ocasiones se suele pasar por alto y no autopercibirse síntoma
alguno. Lo más frecuente es la dificultad de adaptación a lugares con ausencia
de luz. La progresión de la enfermedad es lenta y progresiva. No hay un patrón,
cada caso es diferente, incluso, es habitual que la visión permanezca estable
durante años (Fernández, 2007). Aunque se están logrando, poco a poco, avances
para frenar y erradicar las patologías retinianas todavía no hay solución que cure
este tipo de patologías. Adaptación y buenas conductas que conduzcan al mejor
bienestar, son las mejores recomendaciones para las personas que las padecen.
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