jueves, junio 18, 2015

Economía social

Después de más de siete años inmersos en una época de crisis la palabra economía ha estado y está más presente y en boca de todos que nunca. Etimológicamente la palabra economía se divide en dos partes: oikos qué significa casa y en nomos qué significa hogar. Es decir, que la palabra economía en un sentido significa ley del hogar. En este sentido puede parecer que la economía es el campo destinado a ayudar a solventar las necesidades de las personas, pero no siempre es así.

Actualmente la economía relega a las personas hacia un papel secundario o exterior poniendo en el centro de todas las relaciones el mercado. Lo que importa es que el mercado se sitúe ante cualquier conflicto como herramienta principal e invita o, más bien, obliga a las personas a tener un pensamiento individual de interés propio y egoísmo.

Siguiendo la definición de Krugman (2011) la “economía es un sistema para coordinar las acciones productivas de la sociedad, y la Economía es la ciencia que estudia la producción y  la distribución de bienes de servicio” (p. 18).

Cuando a la expresión economía se le añade el término social lo que estamos haciendo es acotar el campo de la práctica, la teoría y el análisis, hacía una idea de economía de sociedad. Esta idea se refiere al conjunto de población organizada alrededor de unos pensamientos basados en la simbología de lo procomún (Giraldez y Nogués, 2014) alejada de la economía de capital predominante en el sistema instaurado de claro corte neoliberal. La economía social se diferencia de la del capital, principalmente, en que sitúa a las personas en el centro de su enfoque tratando de entender sus costumbres comunitarias y organizarlas de forma participativa.

Por lo tanto, Economía Social es la disciplina que es estudia la producción y la distribución de bienes de servicio situando en el centro del foco a las personas y sus costumbres tratándose de desmarcar de las políticas económicas neoliberales imperantes. Se construye como alternativa de las prácticas oficiales y surgen como fruto de la organización ciudadana. Considero muy significativas las palabras de Martín Krause (2003).

El dinero es simplemente un medio de intercambio que brinda un servicio facilitándolos. Puede ser que el afán de riqueza (poseer bienes, acceder a servicios) condicione a las personas, pero ello no tiene nada que ver con el dinero como medio de intercambio. Sólo el avaro estaría condicionado, ya que encuentra placer en la mera tenencia de dinero; el resto de los mortales disfruta los bienes y servicios que se pueden obtener con él, pero no al dinero mismo (p. 118).

Siguiendo esta afirmación del efecto negativo del dinero sobre las personas considero que, aliviar de forma significativa esta carga en el mercado supondría una reducción del poder que significa tener acumulado más dinero que la mayoría. Sin dinero, este poder desaparece y el avaro no ha lugar en los términos descritos, además de disfrutar de los bienes y servicios sin afán de acumular dinero.

Los Clubes de Trueque son un ejemplo que nacieron en Argentina en el año 1994. Estos clubes surgidos por iniciativa popular proponen una alternativa al sistema económico oficial, llevando acabo un sistema de intercambio solidario, sin dinero, de forma recíproca. Preocupados por el medio ambiente y el contexto de pauperización creciente que venía instalándose en el país. El objetivo que pretendieron fue aprovechar los excedentes de unos/as y transformarlos en ofertas para otros/as, sin que mediara el dinero como forma de acceder a los bienes en intercambio. Este sistema se extendió muy rápidamente y tuvo su apogeo en el año 2002, contando el país con 5.000 clubes (o nodos, como popularmente se conocen) y 2.000.000 de socios/as.

En el marco de la Conferencia Europea Permanente de Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones (CEP-CMAF) de 2002 se aprobó la llamada Carta de Principios de la Economía Social en el que se acordaron las siete características que deben tener las entidades que lleven actividades de economía social:
-        Primacía de la persona y del objeto social sobre el capital.
-        Adhesión voluntaria y abierta.
-        Control democrático por sus miembros.
-        Conjunción de los intereses de los miembros usuarios y del interés general.
-        Defensa y aplicación de los principios de solidaridad y responsabilidad.
-        Autonomía de gestión e independencia respecto de los poderes públicos.
-        Destino de la mayoría de los excedentes a la consecución de objetivos a favor del desarrollo sostenible, del interés de los servicios a los mismos y del interés general.

En España  la Economía Social española viene marcada por la aprobación de la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social. La Ley define a la Economía Social como:

El conjunto de actividades económicas y empresariales, que en el ámbito privado llevan a cabo aquellas entidades que, de conformidad con los siguientes principios, persiguen el interés general económico o social, o ambos.

Los principios que orientan a la Economía Social en España recogidos en el Artículo 4 de la Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social son:

-        Primacía de las personas y del fin social sobre el capital, que se concreta en gestión autónoma y transparente, democrática y participativa, que lleva a priorizar la toma de decisiones más en función de las personas y sus aportaciones de trabajo y servicios prestados a la entidad o en función del fin social, que en relación a sus aportaciones al capital social.
-        Aplicación de los resultados obtenidos de la actividad económica principalmente en función del trabajo aportado y servicio o actividad realizada por las socias y socios o por sus miembros y, en su caso, al fin social objeto de la entidad.
-        Promoción de la solidaridad interna y con la sociedad que favorezca el compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la cohesión social, la inserción de personas en riesgo de exclusión social, la generación de empleo estable y de calidad, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y la sostenibilidad.
-        Independencia respecto a los poderes públicos.

Asimismo, según establece la Ley en su Artículo 5, forman parte de este conjunto empresarial y diverso que es la Economía Social las siguientes entidades:

Las cooperativas, las sociedades laborales, las mutualidades, los centros especiales de empleo, empresas de inserción, las cofradías de pescadores, las fundaciones, y por último, las asociaciones, sobre todo las vinculadas al movimiento de la discapacidad y de la inserción de personas en exclusión.

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